LA PROCESIONARIA

La procesionaria del pino (thaumetopoea pityocampa) debe su nombre a que se desplaza en grupo de forma alineada, a modo de procesión. En España puede localizarse por toda la península y baleares. Todas las especies de pinos pueden verse afectada.

A partir de enero-febrero es cuando completa su ciclo y más peligroso es para nuestras mascotas. En este momento bajan de los pinos en procesión para buscar un lugar adecuado donde enterrarse. Guía la procesión una hembra que lanza un hilo de seda por el que se guía la procesión.


El perro principalmente y, solo ocasionalmente, el gato (menos impulsivo, más calculador y selectivo) suelen ser las víctimas del contacto. El contagio sobre el perro puede ser directo al llamar su atención la hilera en movimiento y chupar o tocar dicha hilera, o bien el contagio puede ser a través de un nido que se haya caído, ya que en el exterior existen pelos urticantes de las mismas orugas. El perro suele ser el más afectado, porque el gato es más cauto, y sobre todo los cachorros.


Síntomas


Los síntomas más característicos son una inflamación edematosa de labios, cavidad bucal y cabeza en general. El animal empieza con una gran excitación, dolor e intenta rascarse, babeando exageradamente.


Si el contagio ha sido con la lengua, en la zona que ha estado en contacto, con las orugas, se produce una necrosis, con un aspecto verdoso al principio, sialorrea abundante y luego va adquiriendo un tono negruzco hasta que al final se cae el trozo de lengua. Durante este periodo, que, dura aproximadamente 15 días, el animal no puede alimentarse, teniendo que ponerle incluso suero intravenoso o alimentos líquidos o semilíquidos, y en otros casos mediante sonda.


El mayor peligro existe si el contagio ha sido a nivel laringe, por producirse una reacción inflamatoria que puede llegar a asfixiar al animal.


Tratamiento


nada más darnos cuenta de la intoxicación, se lavará la zona con agua templada y jabón. Y llevarlo inmediatamente al veterinario.


Prevención


En primavera, evitar que los perros paseen en pinares en los que se observe nidos o hileras de procesionarias. Si en nuestro domicilio existen nidos, podar dichas ramas y quemar los nidos para evitar la eclosión de las larvas. Como medios artificiales se han utilizado: inyecciones de petróleo en nidos, insecticidas biológicos y químicos, feromonas que atraen a los machos hasta una trampa, insecticidas sobre el tronco de los árboles para evitar la bajada de las orugas.